martes, 18 de mayo de 2010

El recuerdo de la música

Al entrar por la puerta, sus ojos se posaron en el piano. Se acercó con actitud reverencial como si de un altar se tratase. Al subir la tapa con delicadeza, acarició las teclas con las yemas de sus dedos. Se sentó en el taburete, que aún encajaba perfectamente en su anatomía. Y empezó a tocar. No necesitaba mirar la partitura, todas se las sabía de memoria.

Su mente empezó a navegar por los recuerdos. Se veía sentada ante ese mismo piano, pues se negaba a tocar cualquier otro, en miles de escenarios . Sus manos se deslizaban rápidamente por las teclas y el silencio de la sala era dominado por la melodía. Al terminar de tocar, el público esperaba expectante para saber si realmente había finalizado la pieza o si daría un nuevo giro insólito. Entonces, al retirar las manos del piano, empezaba la verdadera música para ella: el sonido de los aplausos.

Las primeras filas siempre se levantaban como resortes y algunos se secaban con disimulo alguna lágrima que se les escapaba por el rabillo del ojo. Entonces ella se inclinaba en señal de saludo y agradecimiento. Los aplausos aumentaban y ella esbozaba una sonrisa de satisfacción como pocas personas pueden sentir en su vida.

Y así terminaba de tocar esa melodía que recordaba en su mente. Sin embargo, no pasaba de ahí. El temblor de sus manos ya no le permitía ejecutar ninguna pieza. Ni si quiera lo intentaba desde que unos meses antes sólo puedo completar los primeros compases, porque sus dedos confundían las teclas e invadían las cercanas. Por eso tocaba en su imaginación, porque ella no era esa pobre anciana enferma. Ella era una gran pianista, la mejor. No se reconocía en ese cuerpo.

Su piano ya no quería fundirse con ella como un solo ser. Sus teclas habían dejado de ser la prolongación de sus falanges. No quería hacer de la música una experiencia transcendental, casi divina. Ni si quiera su piano la reconocía.

1 comentario:

  1. Joder, tía, qué bonito. Y qué triste. ¿Por qué las cosas tristes pueden ser tan bellas? Mi más sincera enhorabuena hermana Brönte. ;)

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