jueves, 6 de agosto de 2015

Calibre 22

- Imagina lo que tiene que ser ver a una persona introduciéndose una pistola en la boca. Sus labios en torno al frío metal y el sonido del castañeteo de sus dientes contra el arma. Imagina el leve click del gatillo cuando el dedo índice lo presiona ligeramente. Me refiero a ese sonido previo al gran click que termina con todo. ¿Crees que cuando la gente cierra los ojos al disparar el arma es un acto reflejo? Como si al cerrarlos pudieran evitar que sus sesos salgan disparados contra la pared. No creo que sientan dolor. Más bien imagino que será como un sonido terrible que lo invade todo, comenzando por sus cabezas. Puede ser como uno de esos dolores de cabeza que sólo se pasan si te encierras a oscuras y en silencio. Sí, creo que volarse la tapa de los sesos es como una gran cefalea.
- ¿Por qué me cuentas todo esto?
- Tú has preguntado...
- ¿Perdona?
- Sí, querías saber cómo murió mi padre. Otro día te hablaré de mi madre, esa es otra historia.

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