En Alemania vinieron primero a por los comunistas y no protesté porque yo no era comunista.
Luego vinieron a por los judíos y no protesté porque yo no era judío.
Luego vinieron a por los sindicalistas y no protesté porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron a por los católicos y no protesté porque yo era protestante.
Luego vinieron a por mí y, para entonces, ya no quedaba nadie para protestar.
Muy adecuado para los tiempos que corren.
ResponderEliminar