miércoles, 30 de junio de 2010

Ya te llegará

Era un día realmente bonito, con el un sol débil que lo bañaba todo sin que el calor fuera sofocante. Por eso viajaban en el coche con la ventanilla bajada. Le encantaba sentarse junto a ella y mirar el paisaje, a pesar de que estuviera un poco apretado con los dos niños en la parte de atrás. Le había sorprendido mucho esa salida familiar, ya que los últimos meses habían sido un poco duros.

A penas distinguía el paisaje y todo eran claros y oscuros porque había perdido mucha visión. Pero sentía el sol en el rostro y eso le alegraba. Últimamente se sentía inútil en casa y poco querido por los suyos. Era un trasto viejo que se chocaba con los muebles porque no era capaz de verlos. A veces no podía remediarlo y hacía sus necesidades en cualquier parte porque no era capaz de aguantarse. Todas esas cosas exasperaban a su familia, que siempre le reñía y se enfadaba con él.

Pero ahora estaba feliz por estar con ellos. De pronto, el coche paró en la cuneta, cerca de un bosque. Todos bajaron y él también lo hizo, con cierta resignación. Los chicos empezaron a correr y a llamarle: ¡Vamos, Bobby! Él los seguía por todas partes y recogía la pelota cuando se la lanzaban. Le daban palmaditas y abrazos. Después de un rato de risas y diversión, el padre cogió una rama y la tiró con todas sus fuerzas. Bobby corrió tras ella y remoloneó mientras oía a lo lejos: ¡Vamos! ¡Ahora! Antes de que se dé cuenta. La niña lloriqueaba y repetía su nombre entre susurros.

Él se quedó sentado en el suelo con el palo en la boca para no hacer las cosas más difíciles. Un portazo. El motor en marcha y el suave traqueteo del coche que se alejaba. Lentamente se aproximó a la carretera moviendo el rabo. Volvió a sentarse y pensó:

También vosotros os haréis mayores, inútiles, un estorbo. Y os abandonará. Pero en un asilo.

miércoles, 9 de junio de 2010

En ninguna parte

Casas idénticas y calles que presentan la misma simetría en un barrio cualquiera, de una ciudad cualquiera de cualquier país. Todo es idéntico. Sus habitantes son familias ejemplares que luchan por demostrar su perfección al resto de la humanidad, por encima de todo y cueste lo que cueste.

Pero en el interior de sus maravillosas casas una mujer se muerde el labio en un esfuerzo por reprimir el llanto, mientras retoca su maquillaje. Un padre grita al programa deportivo que está viendo en el televisor para descargar todas sus frustraciones. Un niño tumbado en su cama golpea la pared incesantemente con su pelota para llamar la atención de unos padres que ni si quiera saben si está o no en casa.

Familias perfectas que esconden sus secretos debajo de las camas y en lo más profundo de sus armarios, en el interior de sus estupendas casas. Fuera luce el sol en el cielo azul y nievan copos de polen.

Palabras para la posteridad

En Alemania vinieron primero a por los comunistas y no protesté porque yo no era comunista.
Luego vinieron a por los judíos y no protesté porque yo no era judío.
Luego vinieron a por los sindicalistas y no protesté porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron a por los católicos y no protesté porque yo era protestante.
Luego vinieron a por mí y, para entonces, ya no quedaba nadie para protestar.

jueves, 3 de junio de 2010

Necesito existir

¿Qué es la existencia? Una necesidad. No me refiero al hecho de que si no vivimos, si no existimos, todo lo demás carece de importancia. Voy mucho más allá de esta obviedad. Me refiero al fenómeno que se produce cuando deseamos llegar a casa para llamar o escribir a alguna/o amiga/o para contarle lo que nos ha sucedido, porque si no lo hacemos es como si no hubiera pasado. Yo misma, tengo la necesidad de escribir estos absurdos pensamientos, porque si no, no pasarían de tener una existencia fugaz en mi mente y se perderían para siempre. Puede que ese sea el motivo de que cuando nos ocurre algo malo o vergonzoso, preferimos no contárselo a nadie con la esperanza de que el tiempo acabe borrándolo de nuestras mentes.


Si doy un paso más allá, me atrevería a decir que mis argumentos también son aplicables a los problemas mundiales. Cada día, los medios de comunicación escogen de qué temas van a informarnos y cuáles se quedan en la papelera. Por eso, hay muchos conflictos bélicos que no existen, pese a la realidad de los que los viven diariamente. Incluso hay países o ciudades que claman su existencia desde algún lugar desconocido del mundo para muchos de nosotros. Si los ignoramos y desconocemos, nunca llegarán a existir realmente.

¿Con las personas pasa lo mismo? Me atrevería a afirmar que sí. Todos vivimos por y para otros. Algunos dedican toda su vida a los demás y puede que sea mejor vivir para alguien porque esa persona jamás se olvidará de lo que has hecho por ella, por lo que siempre existirás a través de sus ojos. Vivir por alguien puede que no sea del todo sano, porque si te ignora, si se olvida de ti, se acabó tu existencia.

Se trata ni más ni menos de la necesidad de que nos llamen o escriban para preguntarnos cómo estamos, qué hacemos... La soledad puede ser engañosa y llevarnos a vivir ese instante en el que nos planteamos si todo es un sueño, si somos la invención de alguna persona que está contando nuestra historia. Por eso necesitamos a los demás, que nos recuerdan que somos reales, pase lo que pase.

Pero todo esto es mucho más complejo, porque la existencia va más allá de lo físico. Hay personas que deambulan por el mundo sin pena y sin gloria, sin nadie que repare en ellos. Son inexistentes para los ojos de los demás, son sombras que esperan dejar de existir realmente. En cambio, existe el maravilloso fenómeno inverso. Me refiero a quienes ya no están con nosotros en este mundo, pero que siempre tendrán un hueco en nuestros recuerdos. Ellos siempre existirán más allá de la muerte si alguien no los olvida.

Por todo esto, queridos amigos, os aconsejo que no descuidéis vuestras relaciones familiares y afectivas de todo tipo, porque os separarán de la irrealidad. Porque gracias a ellas vuestras historias siguen vivas. Porque las necesitáis. Porque existís gracias a ellas. Y yo necesito existir.