domingo, 25 de abril de 2010

El comienzo

La palabra. Es la mejor o, prácticamente, la única forma que tenemos de comunicarnos. Por eso se reconoce el derecho fundamental a la libertad de expresión en el art. 20.1.a) de la CE. Si nos quitaran esa posibilidad no seríamos nada. Hace varias semana tomé la decisión de crear este blog y al día siguiente una persona con la que tengo la mala costumbre de adivinar nuestros pensamientos también me comentó esta posibilidad.
Mi mente a veces se embota de miles de pensamientos que me gustaría compartir y que mi escaso tiempo me lo impide. No sólo quiero escribir mis historias, sino que pretendo poder comentar las películas que vea, las canciones que me emocionen, los temas de actualidad que me disguten, las ideas que me perturben... Se trata de mi legado para la posteridad en el fenómeno de las redes sociales. No pretende tener seguidores fieles, ni que nadie se asombre con lo que escribo, me conformaría con inquietar algunas mentalidades que están adormiladas y favorecer el debate a favor o en contra de lo que diga.
Sólo quiero hacerme oír y ser oída. Todo ello a través de la palabra, ese instrumento tan poderoso y a la vez tan complicado de saber usar. Pero en todo caso, siempre será mi PALABRA.

1 comentario:

  1. ¡Ay, mi pequeña ingenua! Mi declaración de intenciones al empezar a escribir mi blog era muy similar a la tuya y, al final, acabé escribiendo lo que mis personajes me susurraban al oído o las frases que retumbaban en mi cabeza. En cualquier caso tu PALABRA siempre me tocará el corazón.

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