lunes, 7 de diciembre de 2015

Ladrones de esperanza

- Queríamos traerle toda la documentación necesaria para que la tenga lista en el momento adecuado.
- ¿Cómo se atreven? Mi hijo sigue vivo, está durmiendo ahí al lado.
- Lo sentimos, pero es el protocolo y no creemos que le quede mucho tiempo…
- ¡Márchense ahora mismo!

Pero Marcos ya estaba despierto y miraba extrañado a su padre, así que le preguntó:
- ¿Quiénes eran, papá?
- Nadie, ladrones de esperanza.
- Pero si parecen médicos…
- Eso es lo peor, hijo, se disfrazan para despistar.

Marcos estuvo rumiando la idea durante días y decidió observar atentamente a todo el personal del hospital con el objetivo de encontrar a los ladrones de esperanza, hasta que un día lo hizo. Vio cómo una mujer lloraba desconsoladamente en la habitación de su hija, por lo que aprovechó que su padre no estaba para acercarse hasta ella. Le puso la mano sobre el brazo delicadamente y le dijo:
- No deje que le quiten la esperanza. Es lo único que quieren. Mire a su hija, ¿cree que le gustaría verla así? Juegue con ella, sean felices juntas.

Y Marcos se marchó, dejando a esa mujer anonadada. Pero sus palabras germinaron en ella y pudo observar desde su habitación cómo madre e hija jugaban, se reían, charlaban… Marcos nunca supo que cuando esa niña se fue a dormir por última vez, le dijo a su madre: “mamá, ha sido el mejor día de mi vida, gracias”. Así que decidió que si en el hospital había ladrones de esperanza, él podría intentar combatirlos, ser un superhéroe. Repitió la misma operación en todas las habitaciones en las que veía a alguien llorar e incluso consiguió la colaboración de algunas enfermeras que le chivaban los pacientes a los que les habían dado pocas horas de vida.

Pronto Marcos se hizo famoso en toda la planta, incluso en el hospital completo. Por eso, cuando las malas noticias fueron para su padre, todas las personas a las que había ayudado fueron pasando por su habitación mientras él dormía. Llevaban diferentes regalos, pero todos dejaban parte de la alegría que él les regaló en los peores momentos de su vida. Al despertarse, Marcos vio toda la habitación forrada de folios donde habían dibujado sonrisas y su padre también se esforzó para sonreír por su hijo.


- ¿Ves, papá? Hemos ganado. Nadie perdió su esperanza, todos despidieron a las personas que más querían con una sonrisa en la cara. Tú tienes que hacer lo mismo, no puedes perder la esperanza en la vida, es demasiado bonita. No les dejes ganar, papá, somos superhéroes. 

martes, 1 de diciembre de 2015

Te irás, por las buenas o por las malas

Me he frotado la piel casi hasta arrancármela para borrar todo rastro de ti.

Ahora mi ropa es blanca porque la he bañado en lejía para quitar tu olor de mis sábanas, de mi ropa, de mis bragas.

He cambiado el sofá y la cama para dejar de buscarte en ellos con mis manos y mis pies.

He roto los vinilos y cds con las canciones que bailamos y cantamos ebrios de amor y ron a partes iguales.

He vetado los sitios a los que iba contigo por miedo a descubrir que ahora son tus sitios con otra y pasar a ser sólo una más de tu lista.

He quemado todas las fotos que demuestran que exististe y que fui feliz a tu lado.

Y grito fuerte, cerrando los ojos aún más fuerte cuando tu recuerdo invade mi pensamiento.


Y me he quedado afónica de tanto gritar.

jueves, 27 de agosto de 2015

Palabras para la posteridad II

Cuando una relación se acaba te das cuenta de que has perdido muchas cosas y quieres, necesitas recuperarlas para volver a ser tú, para empezar desde cero. Esta canción expresa todo eso y mucho más.

Give me back my kisses, give 'em back
Give me back my 501s, give 'em back
Give me back my pride, give it back
Give me back my toothbrush, give it back
And I'll give you back your love
'Cause all it was to me was a heavy backpack

Give me back my future, give it back
Give me back my polaroids, give 'em back
Give me back my friends, give 'em back
Give me back my peace of mind, give it back
And I'll give you back your love
'Cause all it was to me was a heavy backpack

And keep your temper to yourself
Try to control your psychotic reactions
Try not to ruin everybody's life around you
And get yourself a life

Give me back my car keys, my boxer, my DVD's
My porn films and all of my LPs
My my hair loss treatment shampoo and my all spice after shave too
And the photograph you keep in your wallet where I'm kissing you
Give me back my tools my guitar and my skateboard. My surfing mags and all of my surfboards.
The time we wasted together the waves and the sunny weather.
And keep the toys we had hid in the first drawer for when there's another

And keep your temper to yourself
Try to control your psychotic reactions
Try not to ruin everybody's life around you
And get yourself a life

By Smile "Give me back"

miércoles, 26 de agosto de 2015

A mí Disney nunca me engañó


Son muchas las personas que están en contra de las películas Disney y todo lo que ellas representan. Dentro de las numerosas críticas que he podido ver, muchas se centran en el machismo implícito  (o explícito, para algunos) en sus historias y defienden fervorosamente lo perjudiciales que pueden resultar para la educación de los niños. Supongo que no han captado el mensaje.

Dejando a un lado los cortometrajes de Mickey, Donald y compañía o del poco conocido en España "Oswaldo el conejo afortunado", me gustaría centrarme en los largometrajes y, en particular, en el primero de esta compañía: Blancanieves. Vale, rompamos una lanza a favor de los críticos y califiquemos la historia como un poco machista con una protagonista que realiza las labores de casa, una madastra envidiosa de su belleza y un príncipe que la salva con un beso. Sin embargo, no olvidemos que se trata de una película de 1938 y que las de la época que no eran animadas, tampoco se caracterizaban por dar papeles a las mujeres muy diferentes del de nuestra princesa. No obstante, no podemos olvidar que hay más en esa historia. Parece que los detractores obviaron la piedad que mostró el cazador encargado de dar muerte a Blancanieves o la existencia de unos enanos marginados que acogieron a una desconocida y la ayudaron en todo lo posible.

Si hay una crítica que haría a Disney es su crueldad, pero también podría ser un argumento a favor de los que no quieren que sus hijos crezcan en un mundo de fantasía y felicidad donde no hay problemas. El Rey León nos muestra el sufrimiento de un hijo que se cree culpable de la muerte de su padre, en una gran adaptación de la obra Macbeth (tal vez deberíamos enfadarnos también con William Shakespeare); Buscando a Nemo recurre otra vez a la muerte de la madre del protagonista (como en Bambi, la Cenicienta...), que además tiene que lidiar con una minusvalía para poder sobrevivir en el mar; Up hace el mejor resumen de amor y sufrimiento que he visto nunca en los cinco primeros minutos de la película... Y así podría seguir con cada una de las historias que he visto reflejadas en la pantalla, porque todas tienen esa gota de realidad que te pone los pies en la tierra dentro del amor y la magia Disney.

Desde 1938 han pasado muchos años, la sociedad ha cambiado enormemente y Disney con ella. Tenemos a las tradicionales princesas protagonistas de La Bella Durmiente, Cenicienta, La Sirenita... Nuevamente, hago incapié en cada una de ellas son algo más que una cara bonita, ya que se enfrentaron con sus enemigas y lucharon por el amor, cosa que no creo que implique ningún tipo de machismo, aunque a los críticos se les llena la boca con esta palabra y la mano al escribirla, mientras que yo esbozo una sonrisa porque no se han enterado de qué va la película y nunca mejor dicho. ¿Y si hablamos de Pocahontas que se enfrentó a su tribu porque creía que los colonos no eran tan malos? ¿O Mulán, que fue a la guerra para evitar que lo hiciera su padre y se convirtió en una heroína? Eso si dejamos a un lado la reciente Brave con más coraje que muchos hombres o la existosa Frozen donde la guapa protagonista no sólo puede ser reina en exclusiva de su reino sino que es salvada por el amor de su hermana, nada de príncipes estupendos.

Y podría seguir así hasta la saciedad, pero no quiero cansar ni aburrir. Sólo sé que no me considero una mujer machista ni que Disney haya influido en mí de forma negativa, más bien todo lo contrario, porque me ha enseñado a luchar por lo que quiero, ya sea el amor, el trabajo o combatir en cualquier guerra que se presente. Así que ojalá que perdure en el tiempo y siga haciendo esas estupendas películas que pondré a mis hijos para que reciban parte de la educación que yo tuve y, a las malas, recurriré a las cintas de vídeo de mi infancia.

jueves, 6 de agosto de 2015

Calibre 22

- Imagina lo que tiene que ser ver a una persona introduciéndose una pistola en la boca. Sus labios en torno al frío metal y el sonido del castañeteo de sus dientes contra el arma. Imagina el leve click del gatillo cuando el dedo índice lo presiona ligeramente. Me refiero a ese sonido previo al gran click que termina con todo. ¿Crees que cuando la gente cierra los ojos al disparar el arma es un acto reflejo? Como si al cerrarlos pudieran evitar que sus sesos salgan disparados contra la pared. No creo que sientan dolor. Más bien imagino que será como un sonido terrible que lo invade todo, comenzando por sus cabezas. Puede ser como uno de esos dolores de cabeza que sólo se pasan si te encierras a oscuras y en silencio. Sí, creo que volarse la tapa de los sesos es como una gran cefalea.
- ¿Por qué me cuentas todo esto?
- Tú has preguntado...
- ¿Perdona?
- Sí, querías saber cómo murió mi padre. Otro día te hablaré de mi madre, esa es otra historia.

lunes, 16 de junio de 2014

Mi cielo, tu cielo

Son múltiples las religiones que existen en la actualidad, porque el hombre necesita respuestas dentro de este caos. Sólo unas pocas han conseguido un gran número de adeptos y son consideradas como "de las grandes" religiones. Cada una de ellas tiene una idea diferente sobre lo que sucede después de morir. Algunos hablan del cielo/infierno (según cómo te hayas portado en vida), otras creen en la reencarnación y los agnósticos defienden la "nada" una vez morimos. Pero tal vez todos estén en lo cierto.

Puede que cuando morimos no haya nada parecido a un paraíso o un infierno, en el que podamos disfrutar eternamente o sufrir hasta la infinidad. Es posible que volvamos a vivir nuestra propia vida u otra cualquiera, pero siendo nosotros mismos. No se trata del eterno retorno, ni de una repetición cíclica de nuestra vida paso por paso. Me refiero a la posibilidad de hacer las cosas mejor, pero sin saber que las estamos haciendo otra vez, que hubo una o miles de veces anteriores que vivimos esa vida y cometimos o no los mismos errores. Visto así, nos podríamos encontrar ante un premio (podría considerarse el cielo, por lo tanto) o un castigo (un infierno del que nunca podremos salir).

Esta idea está muy bien reflejada en una película que vi hace poco tiempo y que recomiendo a todo el mundo, pese a que no esté usando mi sección de cine para ello. Se titula "Cruel&Unusual" (no sé cómo la traducirán al español si es que la estrenan doblada) y presenta un concepto del infierno muy original en el que estás condenado a repetir el último día de tu vida una y otra vez, sin poder modificar lo que sucedió.

Así que, pensando mucho en ello, creo que tal vez al morir no encontremos nada, porque no recordemos nada de nuestra vida anterior. Sin embargo, es posible que repitamos esa vida de una forma u otra y que de ahí surjan los famosos "deja vu" en los que nos parece volver a vivir un momento que ya hemos vivido con anterioridad.

Esa es mi nueva idea sobre lo que hay después de la vida y quería compartirla, porque lo que me niego a creer es que no haya absolutamente nada, sólo oscuridad y silencio.

viernes, 16 de mayo de 2014

Margaritas

Simón iba todos los años en vacaciones a casa de sus abuelos. Al llegar a la acera de enfrente de su casa, siempre se agachaba para coger una pequeña margarita que crecía entre dos baldosas. La contemplaba bajo el sol como si fuera la creación más perfecta de la humanidad, porque su sencillez y pureza era absoluta. Sin embargo, Simón fue creciendo y las visitas a los abuelos se fueron reduciendo cada vez más. Llegó hasta el punto de olvidar a esa margarita que nacía entre dos baldosas y la pisoteaba al andar, sin reparar en su existencia.



Los abuelos de Simón murieron a una edad avanzada, podría decirse que de viejos, ya que su maltrecha memoria provocó que olvidaran cortar el gas y se durmieron para siempre. Todos se apenaron mucho por estas muertes, pero Simón pensó que era bonito que dejaran este mundo juntos, porque él nunca vio a nadie quererse tanto. Si no hubiera pasado esta desgracia, el que sobreviviera al otro, habría muerto de pena. Cuando bajó del coche y puso sus pies en la acera, su mirada bajó hasta la margarita que crecía más bonita que nunca en el hueco entre las dos baldosas. Sonrió instintivamente. Se agachó lentamente y la arrancó para observar ese blanco tan puro con su corazón amarillo. No lo pensó dos veces y se fue a la floristería.

Tras el funeral y el consiguiente entierro, todos se fueron retirando de la tumba poco a poco hasta que Simón se quedó solo. Podía parecer extraño ver a un joven delante de una tumba con una media sonrisa en la cara, pero se debía a la corona de flores que les había regalado a sus abuelos. Se trataba de una hermosa y gran corona de margaritas atravesada por una banda blanca en la que ponía: "Vuestra sencillez os hacía hermosos".